• May 2nd, 2024
  • Thursday, 11:01:47 PM

Solidaridad con Todos Nuestros Parientes Desde El Paso a Mississippi


Foto: TCF/©The Weekly Issue/El Semanario, Inc.

Compartimos el dolor y la rabia que sienten nuestras hermanas, hermanos y nuestras familias en todas las comunidades fronterizas, así como el dolor y la rabia de las comunidades de color que están sufriendo el embate diario del trauma producido por el militarismo, el capitalismo y la supremacía blanca. Lloramos junto a nuestros camaradas del Proyecto de Trabajadores Agrícolas de la Frontera la pérdida de sus seres queridos debido a la balacera masiva en El Paso, TX realizada por un supremacista blanco, cuyo manifiesto hace eco de la retórica racista de Trump que incita a la violencia.

Ante esta amenaza a nuestras vidas, nuestras comunidades han seguido organizándose y construyendo visiones alternativas de un mundo en el que todas nosotros podamos vivir con libertad, dignidad y tengamos una relación justa con cada uno de nosotros y la Madre Tierra. Hemos seguido creando y manteniendo la esperanza. Esta esperanza es algo que no podemos perder.

Permanecemos alertas y listos para frustrar cualquier intento que realicen aquellos que se encuentran en el poder de usar estos actos de terrorismo de la supremacía blanca para expandir la vigilancia y el control de las comunidades inmigrantes y de color. Trump ha vinculado directamente la revisión más estricta de los antecedentes personales con la reforma migratoria, lo cual solamente puede significar más daños para nuestra familia migrante. Simplemente este año, 600,000 migrantes han sido detenidos por la patrulla fronteriza y siete niños han muerto bajo su custodia. Esto es también una forma de terrorismo supremacista blanco doméstico sancionado y llevado a cabo en demasía por el Estado. Reconocemos cómo esta misma lógica opera cuando la policía y los justicieros brutalizan y asesinan con impunidad a mujeres y hombres negros y personas transgénero. Además, la criminalización de nuestro movimiento como los activistas de Black Lives Matter y los defensores del medio ambiente por el derecho a resistir va de la mano con la administración de Trump envalentonando y alentando implícitamente actos de terror racista vigilante.  La deshumanización de las personas negras, de color e indígenas a través de la ideología supremacista blanca no solamente motiva a los actos individuales de violencia sin sentido, sino que también racionaliza las tácticas de guerra utilizadas por las autoridades policiacas y de inmigración, y normaliza la hiperexplotación de millones de nuestros hermanos y hermanas.
La misma semana en la que ocurrieron estos ataques de terror realizados por hombres blancos en El Paso y Dayton, este gobierno también llevó a cabo la redada masiva más grande que ha realizado ICE de un solo estado en la historia, en la que cientos de agentes de ICE detuvieron a 680 trabajadores latinos y caribeños de la industria aviaria en Mississippi. Como lo escribió un miembro de It Takes Roots, Cooperation Jackson: “No se equivoquen acerca de esto, el asalto de hoy fue un asalto a la clase trabajadora. Este asalto tuvo la intención de aterrorizar a un sector de esta clase que tiene vulnerabilidad legal, que está superexplotado, que proviene en su mayoría de Centro América, México y El Caribe, así como hacer que este sector, y aquellos que se encuentran en situaciones precarias, se desentiendan de la política (incluso sin limitarse en lo más mínimo a la política electoral) y de la vida pública. Debemos tener solidaridad en contra de estos actos deliberados de terror”.
La visita de Trump a El Paso fue otro acto de violencia contra los sobrevivientes y sus familias.  No hay duda que el presidente actual de Estados Unidos es un racista, quien utiliza su plataforma para empoderar e incitar a la violencia a aquellos que comparten una agenda similar para hacer que “América se vuelva de nuevo blanca”. Ante esta amenaza a nuestras vidas, nuestras comunidades han seguido organizándose y construyendo visiones alternativas de un mundo en el que todos nosotros podamos vivir con libertad, dignidad y tengamos una relación justa con cada uno de nosotros y la Madre Tierra. Hemos seguido creando y manteniendo la esperanza. Esta esperanza es algo que no podemos perder.
No aceptamos ninguna de estas situaciones como si fueran algo inevitable. Aún cuando lloremos, debemos seguir luchando por el mundo que nosotros y las generaciones futuras nos merecemos. Demandamos la libertad de todas los migrantes que se encuentran en detención. Demandamos la abolición de ICE y del complejo carcelario industrial. Afirmamos el derecho de todas las personas a la movilidad en busca de refugio. Afirmamos la soberanía de los Pueblos Indígenas sobre sus tierras y formas de vida, incluso los derechos de los Pueblos Indígenas en Centro América y México. Nos estamos organizando para poner fin a las guerras en el extranjero y las guerras domésticas porque, como Assata Shakur lo dijo: “Es nuestro deber luchar por nuestra libertad. Es nuestro deber ganar.” Otro mundo es posible.

It Takes Roots (Se Necesitan Raíces), Grassroots Global Justice Alliance (Alianza Popular por la Justicia Global), Climate Justice Alliance (Alianza por la Justicia Climática), Indigenous Environmental Network (Red Ambiental Indígena) y Right to the City Alliance (Alianza por el Derecho a la Ciudad)

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