Por Nakia Cooper

 

 

Texas se encuentra actualmente en el centro de un acalorado debate con la introducción del Proyecto de Ley del Senado 4 (SB4), una pieza de legislación encabezada por el gobernador Greg Abbott que ha provocado vigorosos debates en todo el estado y más allá, ya que se prepara para entrar en vigor el 5 de marzo.

 

En los últimos años se ha producido un número abrumador de movimientos en la frontera entre Estados Unidos y México. Según el Texas Tribune, el año fiscal federal 2023 fue testigo de 2 millones de encuentros, un ligero descenso con respecto al año anterior, que batió el récord de 2,2 millones. Al parecer, miles de personas siguen cruzando la frontera a diario. Esta afluencia ha dejado a las ciudades más pequeñas alrededor de la frontera luchando por salir adelante, con los recursos locales al límite y las comunidades sintiendo la carga.

 

El gobernador Abbott no se ha disculpado por las medidas que ha tomado para proteger la frontera de Texas. Su dura postura en materia de inmigración, que incluye el despliegue de tropas y miembros de la Guardia Nacional para detener a los inmigrantes acusados de allanamiento de morada y el traslado de inmigrantes en autobús a distintas ciudades, le ha granjeado un importante apoyo entre los miembros del partido republicano que expresan su frustración por la gestión del gobierno federal del control fronterizo. Sus partidarios consideran que las medidas de Abbott son necesarias para aliviar la presión que sufren sus comunidades. Sin embargo, muchas personas de color consideran que se trata de un golpe más a unas comunidades ya de por sí desfavorecidas.

 

La SB4 tipifica como delito el acto de cruzar ilegalmente la frontera entre Texas y México entre los puertos de entrada. El proyecto de ley ha suscitado una fuerte oposición por su potencial para vulnerar los derechos civiles y por difuminar las fronteras entre la jurisdicción estatal y federal en materia de inmigración. Sus detractores, entre los que se cuentan expertos jurídicos y líderes comunitarios, sostienen que la SB4 podría dar lugar a la elaboración de perfiles raciales y a la persecución injusta de los inmigrantes.

 

Los acusados de un delito menor de clase B se enfrentan a una posible pena de hasta seis meses de cárcel y los reincidentes podrían enfrentarse a un delito grave de segundo grado con una pena de dos a 20 años de prisión. La ley permite al juez retirar los cargos si el inmigrante acepta regresar a México.

 

Preocupación por los derechos civiles

 

Lo que tiene en vilo a las calles de Houston es la idea de que un agente de policía exija conocer el estatus migratorio de una persona de la que sospecha que es indocumentada. Los críticos de la SB4 expresan su preocupación por las posibles violaciones de los derechos civiles.

 

«No es una legislación muy bien pensada», dijo Vickie Gambia, Directora Legal y de Defensa de Houston Immigration Legal Services Collaborative. «Es una ley inaplicable y va a crear mucho miedo y preocupación».

 

Gambia destaca el potencial del proyecto de ley para el perfil racial y expresa su preocupación acerca de su aplicación, especialmente en una ciudad tan diversa como Houston.

 

«Creo que la gente debe saber algunas cosas. En primer lugar, si te detuvieran porque alguien sospechara que has cruzado ilegalmente -a menos que estés delante de un funcionario federal de inmigración-, no tienes que decir a ninguna de esas personas cuál es tu situación migratoria», explica.

 

Gambia quiere que la gente sepa que, aunque la situación asuste, la ley está de su lado.

 

«Puedes hacer la pregunta de ‘¿Estoy detenido? Y si el policía te dice que no, entonces puedes decir: ‘Me niego a responder a su pregunta'», añade.

 

Temor a los perfiles raciales

 

Jonathan Guevara y Bryan Zelaya, compañeros raperos y propietarios de sellos discográficos, utilizan su influencia para defender a la comunidad latina. En sus eventos «Breaking Bread Saturdays» en el barrio de Alief, en el suroeste de Houston, de población predominantemente hispana, ven mucho del miedo entre la gente.

 

Cuando se le preguntó si alguna vez había experimentado el perfil racial, Guevara, de 37 años, respondió con una sola palabra: «siempre».

 

«Pensábamos que era imposible que esto ocurriera en 2023. Ahora que realmente lo han escrito, el miedo es que vayan a tener el poder de decirnos aleatoriamente ‘¡Papeles! Dejadme ver vuestros papeles». Es una situación triste», dijo Guevara.

 

Y añadió: «La gente está cabreada y no se va a quedar de brazos cruzados. Están dispuestos a defender sus derechos y a apoyarse mutuamente, al tiempo que denuncian a cualquier policía o miembro de la ley que piense que puede intimidar aún más a un pueblo ya oprimido.»

 

Zelaya, conocido en el escenario como «Perro-B», añade: «En las redes sociales hay mucha rabia. La gente está compartiendo historias de encuentros y discutiendo cómo protegerse. Se habla de organizar protestas, de levantarse contra lo que muchos consideran una ley injusta».

 

Zelaya afirma que todos los días reciben noticias de personas que tienen miedo de salir de sus casas.

 

«La invasión de la intimidad de una persona, independientemente de su sexo, edad o color, es abiertamente racista», afirma. “Me parece irónico que personas que se apoderaron de una tierra que no era suya pidan ahora la identificación de otras personas».

 

Creciente oposición legal

 

La oposición legal a la SB4, liderada por organizaciones como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y el Proyecto de Derechos Civiles de Texas, se centra en su posible extralimitación en la jurisdicción federal de aplicación de la ley de inmigración, un ámbito constitucionalmente reservado al gobierno federal.

 

«La SB4 es una legislación cruel y peligrosa que abre la puerta a los perfiles raciales y no nos hace más seguros», anunció el comisionado del condado de Harris,  Rodney Ellis, en X, antes conocido como Twitter.

 

La juez del condado Lina Hidalgo también expresó su opinión en las redes sociales, publicando: «El proyecto de ley SB4 de Texas convierte a la policía en agentes de ICE, difama a los inmigrantes, amenaza la seguridad pública y podría saturar aún más nuestras cárceles. ~500k inmigrantes mantienen nuestra comunidad próspera a pesar de no tener papeles. La solución es la colaboración con socios locales y federales, no una legislación equivocada».

 

Mientras la SB4 se prepara para entrar en vigor, las preocupaciones legales, sociales y humanitarias siguen dominando las conversaciones. Los líderes comunitarios y los activistas de Houston permanecen firmes y prometen mantener sus voces en primera línea para desafiar y dar forma al enfoque de Texas sobre la inmigración y el control fronterizo.

 

 

Nakia Cooper, es reportera independiente de Ethnic Media Services.

 

Traducido por Juan Carlos Uribe, The Weekly Issue/El Semanario.