Hay un estigma que existe que las comunidades Latinxa e Hispanas que no platican entre familia del sexo y el aborto. Pero yo no crecí de esa manera.
¡Hola! Mi nombre es Marie Medina y soy orgullosamente Xicana, nacida y criada en el Sur de Colorado. Mi corazón se encuentra entre los campos de Pueblo con chiles verdes y el alto desierto con nopales de Nuevo México. Crecí en una comunidad agrícola con valores conservadores donde solo habia un semáforo en la calle principal, desfiles, y la impresión de latas de tabaco de mascar en los pantalones de mezclilla hasta donde el ojo podía ver En mi casa, los ojos de la Virgen de Guadalupe miraban cada uno de mis movimientos. Mis padres fueron criados Católicos y, aunque no me adhiero a una religión en particular, la cultura Católica sigue siendo una parte importante de cómo me identifico. Describo descaradamente mi familia como «Católicos Kennedy;» toda la culpa con la mitad de las reglas.
Mi papá me llevo a mi primera cita con Planned Parenthood.
Fui entendiendo que mi vida, mi vida como Latinx, era MÍA fue una manera increíblemente poderosa de ser educada, ya medida que envejezco me doy cuenta de la vitalidad que produce ese tipo de mensaje dentro de las familias, especificamente familias de color.
Yo tenía 15 años, me proclamaba una “nerd”, y para ser honesta, todavía no pensaba en el sexo. Muchas personas asocian a Planned Parenthood con el sexo– ya que es el lugar al que muchos acuden cuando quieren tener relaciones sexuales, o el lugar donde van cuando tiene relaciones sexuales que causan un resultados no deseados.
Mi primera visita a Planned Parenthood fue para un Examen de la Mujer en el centro de salud, La Junta que ahora se encuentra cerrado, a 30 millas de distancia de donde vivia. Despues de La Junta, el siguiente centro de salud más cercano estaba en Pueblo, una hora lejos de mi ciudad natal. Con sólo un médico en la ciudad, el acceso a la atención de la salud no estaba disponible. Pero mis padres confiaban en Planned Parenthood.
A pesar de mi alrededor conservador y mi educación Católica, nunca conocí otra teoria mas que decidir por mi misma sobre mi cuerpo – “pro-choice.” Mis padres han estado juntos por más de 40 años, pero permanecieron sin casarse hasta los 60 años. Estos auto-proclamados hippies Xicanos no tenían prisa por vivir sus vidas con «reglas» particulares. Inculcaron en sus tres hijos un espíritu de autonomía, honestidad y empatía. Tal vez fueron un producto de su generación, una respuesta contracultural al tradicionalismo de sus padres; pero sin embargo llegaron a encontrar su brújula moral, yo sería un barco perdido sin ellos y su guía.
Fui entendiendo que mi vida, mi vida como Latinx, era MÍA fue una manera increíblemente poderosa de ser educada, ya medida que envejezco me doy cuenta de la vitalidad que produce ese tipo de mensaje dentro de las familias, especificamente familias de color.
Con frecuencia, los padres de color se muestran aprensivos a la autonomía femenina, sobre-protectores de sus hijas, y poco dispuesto a afrontar esos temas incómodos en conversación. Las Madres de Color se muestran igualmente ansiosas de ser radicalmente transparentes con respecto a los cuidados reproductivos, temerosas de lo que el mundo le hará a sus preciadas hijas. Frida Kahlo dijo una vez: «Pies, ¿por qué los quiero si tengo alas para volar?»
Mis padres me dieron alas.
Marie Medina es Coordinadora de Desarrollo de la Organización de Oportunidades y Derechos Reproductivos de Colorado (COLOR por sus siglas en Ingles), uno de los socios más cercanos de Planned Parenthood of the Rocky Mountains. Visite colorlatina.org para obtener más información sobre cómo participar.
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