• May 4th, 2024
  • Saturday, 04:38:04 PM

Mi familia necesita urgentemente una opción pública


Cuidar a un adulto mayor representa no solo un valor importante en la comunidad latina sino que también es la realidad que viven muchas personas, incluyéndome. Como inmigrante, eso es exactamente lo que hago. Soy quien cuida de mi madre, un adulto mayor con discapacidad física. Al fallecer mi padre en Venezuela inicié un largo proceso de varios años para traerme a mi mamá a vivir conmigo en Colorado y ser yo, no una institución, quien se hiciera cargo.

 

A los 33 años la recibí en el Aeropuerto Internacional de Denver y a partir de allí mi vida cambió. Después de todo mi madre vive con esclerosis múltiple avanzada, está en silla de ruedas y enfrenta complejas necesidades de salud. Todos los días me hago cargo del aseo personal, le ayudo a vestirse y preparo sus alimentos. Estas rutinas carecen de días libres o de enfermedad, es una labor sin descanso el garantizar la calidad de vida de una persona con acentuada discapacidad. Sin duda, es un necesario e intenso compromiso de vida.

 

A lo largo de nuestra trayectoria hubo un sin fin de trámites para obtener la residencia permanente. Finalmente lo logramos en el 2012. A partir de entonces creí equivocadamente que muchas puertas se abrirían. Sin embargo, para mi sorpresa hubo más de un obstáculo. El primero de ellos fue descubrir que al no ser ni mi cónyuge ni mi hija, mi madre no podía anexarse a mi cobertura médica a pesar de ser mi dependiente.

 

Después supe que existe una prohibición específica para inmigrantes elegibles de cobertura médica estatal a través del programa de Medicaid. Se les exige a los residentes permanentes acumular cinco años consecutivos de residencia antes de optar por este plan de salud. Mi madre, quien carece de ingresos, pensión, herencia o patrimonio, completamente califica para la cobertura pública. Sin embargo, hemos tenido que esperar pacientemente durante cinco años y entre tanto, un plan de seguro médico privado sigue fuera del alcance de mi bolsillo.

 

Por donde le busque, me topo con la misma limitante: un plan de seguro médico privado resulta incomprable. Irónicamente, las mismas condiciones socioeconómicas me impiden acceder a recursos comunitarios disponibles en organizaciones sin fines de lucro. En otras palabras, no somos lo suficientemente pobres para calificar para ayuda comunitaria y no gano lo suficiente para adquirir un plan privado. Entre tanto, mi madre sigue sin cobertura médica.

 

Estando al cuidado de un adulto mayor de 70 años quien enfrenta un cuadro médico complejo me resulta una bomba de tiempo. Solo nos queda esperar que la salud de mi madre se mantenga estable y que ninguna emergencia médica nos obligue a caer en alguna astronómica deuda o peor aún nos conlleve a un callejón sin salida por no poder acceder al cuidado necesario.

 

La posibilidad de acceder a cobertura médica de calidad en Colorado sería un sueño hecho realidad para casos como el mío. De establecerse una opinión pública en éste estado, personas como Doña Teo podrían acceder al cuidado de salud a un precio razonable. Como consumidor y alguien que cuida de un adulto mayor, anhelo enormemente la oportunidad de adquirir cobertura para mi madre. El proyecto de ley de la cámara de representantes HB19-1004 busca crear esta opción para todos en Colorado y es una medida necesaria para las familias que de otro modo permanecen sin opción a la salud.

 

Victoria Gómez Betancourt es directora de desarrollo para la organización Colorado Organization for Latina Opportunity and Reproductive Rights (COLOR) en Denver.