• May 5th, 2024
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La Vigilancia Policíaca Agresiva y la Salud Mental


Foto: Joe Mahoney/Special to The Colorado Trust La policía paró a Tahjj Taylor, de Denver, casi 50 veces en cuatro años, afectando negativamente su salud mental. Él dice que “piensa constantemente” en que la policía lo pare otra vez.

Tahjj Taylor es un joven afroamericano animado por el futuro que está creando como documentalista. Sin embargo, su actitud diaria sufre por la carga de experiencias que ha tenido con la policía en el pasado.

Taylor, 27, de Denver, no tiene antecedentes de crímenes mayores. Pero sí cuenta con un historial de paradas vehiculares a manos de la policía—cerca de 50 entre 2007 (cuando tenía 18 años y su licencia de conducir nueva) y 2010.

“Siempre era alguna cosa insignificante. Recuerdo una vez, había una señal de ‘Pare’ y sé que paré”, Taylor dijo. Pero, agregó, como media milla después de la señal, un policía de Denver lo detuvo por no haber respetado la señal.

Las experiencias de Taylor han afectado negativamente su salud, lo cual no es inusual. Más y más, investigadores están encontrando que los efectos psicológicos de sufrir tratos crónicos y desiguales pueden ser importantes y duraderos. También es más evidente que, a pesar de cambios en las políticas, el trato desigual a veces está arraigado en las prácticas o la cultura de las agencias encargadas de mantener el orden.

Fuente: via Deborah Thomas Datos sobre inspecciones según el grupo racial/étnico del informe publicado en 2002 de las tarjetas de contacto usadas por la policía de Denver. Los datos del informe de 2003 muestra patrones casi idénticos.

Las paradas en las que los policías usan infracciones vehiculares menores como excusa o pretexto para detener a conductores y encontrar indicios de drogas u otra actividad criminal—sin importar si existe evidencia de un crimen—son conocidas como paradas vehiculares con pretextos (pretextual, en inglés), y ocurren en todo el país. A pesar de que ha sido una práctica controversial por largo tiempo, la Corte Suprema la respaldó en 1996 en el caso de Whren vs Estados Unidos.

Taylor no era el blanco criminal para los cuales se diseñaron las paradas vehiculares, y la policía nunca inspeccionó ni le pidió inspeccionar su vehículo durante esas paradas.

Matt Murray, vicejefe del Departamento de Policía de Denver (DPD, por sus siglas en inglés) reconoce que las paradas vehiculares con pretexto fueron en su momento parte de las practicas policiales en la ciudad, pero dijo que la práctica cambió en 2006, cuando el departamento implementó una política que prohíbe usar el perfil racial.

De las numerosas veces que lo paró la policía, Taylor recibió ocho multas—todas por infracciones vehiculares menores—y siempre le permitieron irse manejando. Desafortunadamente, él no se salió ileso de esas paradas. Sufre de ansiedad y sigue hasta el día de hoy súper alerta ante la posibilidad de encontrarse con la policía.

“(Sé) que me pueden parar en cualquier momento. … Definitivamente es algo en lo que pienso cuando me despierto. ‘¿Me van a parar hoy? Necesito estar preparado por si pasa’”, Taylor dijo. Verifica para asegurar que tiene su licencia de conducir, seguro automovilístico y certificado de tenencia en orden cada vez que maneja, solo en caso de que lo pare la policía.

“Es un pensamiento constante. Siento como si algunos policías podrían entrar corriendo a mi casa ahora mismo porque estoy haciendo esta entrevista. Es que no se sabe cuáles son los límites de lo que puede y no pueden hacer”.

Este tipo de estrés emocional no es inusual, según Monnica Williams, PhD, profesora adjunta de ciencias psicológicas en la Universidad de Connecticut y directora del Laboratorio de Disparidades Culturales y de Salud Mental. Williams es una de un puñado de psicólogos en el país que están estudiando la conexión entre el trastorno del estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) y el racismo. Esa conexión se conoce como el estrés traumático basado en la raza, o trauma racial.

“Hay todo tipo de maneras como la policía podría tratar a las personas”, Williams dijo. “Por un lado, existen las microagresiones y, por otro, está la violencia realmente traumatizante. Realmente es la combinación de estas cosas que resulta en trauma”.

Más y más, estudios indican que las personas que sufren racismo y discriminación pueden desarrollar una variedad de problemas mentales, incluyendo ansiedad, depresión y hasta PTSD.

A Taylor no lo han diagnosticado con PTSD o RBTSI, pero lo diagnosticaron con ansiedad después de que empezó a manejar. Por años, no se dio cuenta de que la causa principal de su ansiedad eran sus interacciones con la policía.

“Cuando eres joven, no entiendes lo que es la ansiedad. … Yo no tenía idea de que me pararían tan pronto empezara a manejar”, Taylor dijo. “Y por eso, porque no tenía ningún punto de referencia, pensé que era normal que la policía me parara”.

Sin embargo, la perspectiva de Taylor cambió cuando entró a la universidad y amplió su círculo social. Ahí fue que se dio cuenta de que, cuando sus amistades blancas manejaban, usualmente no tenían ningún encuentro con la policía, aunque estuvieran violando la ley.

En Denver, los activistas que forman partes de comunidades de gente principalmente de color mantienen que la policía continúa usando el perfil racial con personas negras y latinas. (Un informe reciente de la Oficina de Control Independiente encontró que es bastante más probable que la policía le dispare a la gente de tez negra y marrón.) Por mucho tiempo, estos activistas han dicho que se necesita prestar mucha más atención al problema y estudiarlo.

Lisa Calderón, copresidenta de la sucursal de Denver para el Foro Latino de Colorado (CLF, por sus siglas en inglés), y la madre de Taylor, dijo que a pesar de que grupos activistas como el CLF por mucho tiempo han presionado para que se continúen reuniendo datos, la policía de Denver se resistió hasta el verano pasado.

Un comité compuesto por policías del DPD e integrantes de la comunidad, incluyendo Murray y Calderón, se reúne cada semana para determinar cómo diseñar esta nueva recolección de datos demográficos de paradas vehiculares y peatonales en Denver.  El grupo seleccionó al Centro para la Equidad en la Vigilancia Policíaca para ayudarles con el proceso y está finalizando un contrato con la organización. Cuando el comité haya creado un borrador del plan, los integrantes lo presentarán ante la comunidad y la unión de policías para recibir comentarios.

Mientras los departamentos policiales en Colorado trabajan para encontrar la mejor forma de ofrecer sus servicios a las comunidades, Taylor está usando su creatividad para lidiar con la ansiedad. Hace ya tiempo que se cambió del vecindario de Cole en Denver, en donde dijo que todas sus paradas vehiculares ocurrieron. Escribe canciones, crea obras de arte, graba y edita películas cortas y está incursionando en la fotografía.

Pero, él piensa regularmente sobre sus experiencias con la policía en el pasado y, cuando está conduciendo, se asegura de saber en dónde está la policía.

“Si siento que se me acercan injustamente, estoy preparado para el proceso que sigue”, Taylor dijo. “Pero, por suerte, vivo en un lugar en donde la cultura de la policía está cambiando”.

Estos días, dijo, “hasta disfruto la oportunidad de hablar de paso con los policías”, como cuando está trabajando como mesero en un restaurante, o cuando está caminando por el campus de su universidad.

“Mantener rencores pasados no es productivo. Debemos estar buscando cosas en común que nos fortalezcan”.

Lorna Grisby es una Periodista en Fairfield County, CT. Reproducido con permiso de The Colorado Trust (www.coloradotrust.org).