• May 3rd, 2024
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La Colonia Ilegal Más Antigua del Mundo


 

Wallice J. de la Vega

 

Según reza el Capítulo XI de la Organización de las Naciones Unidas, un territorio que no se autogobierna es uno “cuyo pueblo no ha logrado una medida completa de gobierno propio”. Este es el mismo cuerpo internacional que en 1960 emitió la Resolución 1514 llamando a todos los países colonialistas a otorgarle la independencia a sus colonias. Aunque Estados Unidos votó a favor de la resolución, todavía mantiene la colonia más antigua del mundo: Puerto Rico.

Puedo entender la brusca reacción del lector ante esta aseveración. Lo normal es proponer que esta isla caribeña es un “territorio no incorporado” de Estados Unidos, “con todos los mismos beneficios y privilegios que tienen los 328 millones de personas que componen esa nación”. Sin embargo, una minoría cuyas voces han quedado suprimidas entiende que la realidad es otra.

Una de esas voces fue el Dr. José Trías Monge, quien presidió el Tribunal Supremo de Puerto Rico de 1974 a 1985 y denominó la isla como “La colonia más antigua del mundo”. En su libro, Puerto Rico: The Trials of the Oldest Colony in the World, él plantea que la isla ha estado subyugada desde la llegada de Cristóbal Colón, diciendo que “Puerto Rico fue una colonia de España de 1493 y de Estados Unidos desde de la invasión 1898 hasta el presente”.

Graduado de la Escuela de Leyes de la Universidad Harvard en 1944, Trías Monje fue un experto en “el caso Puerto Rico”. Él fue uno de los redactores de la Constitución del nuevo Estado Libre Asociado (ELA) de Puerto Rico en 1952 y luego procurador general bajo la administración local. A través de su legado escrito él expuso ampliamente sobre la relación de unos 120 años entre la isla y la potencia norteamericana, siempre argumentando que “el proceso de descolonización debe comenzar inmediatamente”. Hasta el día de hoy sus palabras refuerzan la verdad que Puerto Rico no es un estado, no es libre, ni está asociado con Estados Unidos.

Según la Resolución 1541 de la Organización de las Naciones Unidas, el Pacto de Libre Asociación que cubre tal relación política con Estados Unidos incluye solamente los Estados Federados de Micronesia, la República de las Islas Marshall y la República de Palaos. En estas relaciones cada uno de los participantes retiene su soberanía. Ese no es el caso con Puerto Rico.

Según Trías Monge, «no hay, en el mundo actual, relación no colonial alguna conocida en la que un pueblo ejerza tan vasto, casi ilimitado poder sobre el gobierno de otro». Su perspectiva es apoyada, por ejemplo, por la realidad de que la isla caribeña no puede aprobar leyes que estén en desarmonía con las de Estados Unidos y la máxima autoridad jurídica del territorio es el Tribunal Supremo federal.

En esa línea la revista Harvard Review publicó en abril de 2017 un análisis de varias partes de la situación política de Puerto Rico. Su segunda parte comienza diciendo: “Puerto Rico no es americano. Es puertorriqueño”, y comenta sobre el error cometido por la ONU al remover la isla de la lista de Territorios No Autogobernados. “Puerto Rico es, de hecho, no autogobernado bajo la ley internacional basado en el Acta Constitutiva de la ONU”.

El análisis cocluye que “Puerto Rico no cumple con los estándares de la ONU para autogobierno”, señalando la “interferencia significativa (de Estados Unidos) en los asuntos internos” de la isla. Tal es el caso de la intrusión más reciente mediante la llamada Junta de Supervisión Fiscal que el gobierno federal le impuso a la isla en 2016 para controlar sus finanzas. La junta fue activada con la ley llamada Puerto Rico Oversight, Management and Economic Stability Act, cuyas siglas rinden — para muchos sarcásticamente — la palabra PROMESA.

Desde que comenzó la relación entre ambas naciones ha habido la noción de que Estados Unidos es el benefactor financiero de Puerto Rico, con gran parte de la población local creeyendo que la isla no podría sobrevivir por sí sola. Este ha sido un concepto equivocado, basado en ignorancia, omisión y propaganda falsa respecto a la relación comercial entre ambas partes.

Foto: Courtesy Wallice J. de la Vega
Wallice J. de la Vega

“Siempre vemos en los periódicos sobre ayudas federales pero nunca mencionan las ganancias que Estados Unidos le extrae a Puerto Rico”, dijo Jesús Omar Rivera, comentarista político isleño mejor conocido como “Boricuazo”, en una de sus presentaciones televisivas. “Me hiere, me duele cuando los boricuas dicen que nosotros no podríamos vivir sin esos fondos. Esto es un negocio. De las colonias se saca provecho y somo uno de los mejores clientes de Estados Unidos”.

Las declaraciones de Rivera fueron apoyadas por la Dra. Rosario Rivera, economista y profesora universitaria. Usando datos provenientes de la Junta de Planificación y el Banco Gubernamental de Fomento de Puerto Rico, ella escogió el 2013 para refejar el promedio anual de aportaciones federales a Puerto Rico: $4.6 billones. Esta es la cifra que recibe la mayor publicidad entre la población local.

“Siempre vemos en los periódicos sobre ayudas federales pero nunca mencionan las ganancias que Estados Unidos le extrae a Puerto Rico”. Jesús Omar Rivera

Sin embargo, las “transferencias otorgadas” — los impuestos que Puerto Rico paga de vuelta al tesoro estadounidense — ascienden a unos $8.9 billones. Al sumarle otros $22.6 billones pagados por las importaciones de productos de consumo, más $34 billones provenientes de las ganancias de los comercios estadounidenses en la isla  (principalmente las enormes “megatiendas”) y vemos la honda disparidad entre los fondos recibidos en la isla versus los que son pagados a Estados Unidos. Estos no incluyen los efectos financieros de la Ley de Cabotaje de 1917, que obliga a Puerto Rico a usar exclusivamente la Marina Mercante de Estados Unidos, la más costosa del mundo, para todo su tránsito comercial. Este otro pago de $1.5 billones termina costándole $2,000 anuales a cada familia isleña. Entre unos pagos y otros las ganancias de Estados Unidos en Puerto Rico rondan los $71.6 billones anualmente.

“La información está allí, pero uno debe saber cuáles tablas buscar. El problema es que la información está allí pero no dice cómo buscar, cómo el ciudadano puede beneficiarse de esta”, resumió la Dra. Rivera.

Los puntos precedentes son sólo algunos de los que apoyan la postura de Trías Monge cuando dijo que “hoy en día la isla está todavía más lejos del real autogobierno de lo que estaba en 1953″.

En un comentario a BBC News titulado «¿Por qué algunos consideran que Puerto Rico es la colonia más antigua del mundo?,» el Dr. Javier Hernández Acosta, director del Departamento de Administración de Empresas de la Universidad del Sagrado Corazón en Puerto Rico, opina:

«La firma de la constitución del ELA ha sido uno de los actos de magia más fascinantes de la historia. El 24 de julio de 1952 había una colonia reconocida por la ONU y al otro día desapareció y se convirtió en un estado libre asociado que todavía al día de hoy nadie sabe a ciencia cierta qué tipo de figura (político-legal) es».

 

Wallice J. de la Vega es periodista independiente con base en Puerto Rico.

 

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