Los defensores de un grupo llamado Juntos: Our Air Our Water entregaron 2.000 firmas de peticiones al Departamento de Medio Ambiente recientemente, pidiendo que el estado avanzara hacia una economía de energía limpia y protegiera las tierras públicas a pesar de la elección de Donald Trump como presidente.
Durante la campaña, prometió retirar a los Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático y desmantelar el Plan de Energía Limpia y el reglamento de las Aguas de los Estados Unidos.
Christopher Ramírez, director del programa Our Air Our Water, dice que la gobernadora Susana Martínez está moviendo al estado en la dirección equivocada.
«Ella está hablando de la energía nuclear y gasoductos, y lo que nos preocupa es la inversión en energías renovables, solar y eólica, no en industrias sucias», afirma.
Las peticiones le piden al gobernador que implemente el Plan de Energía Limpia, aunque está en suspenso mientras está atado en la corte. Los peticionarios también piden un mejor acceso de la comunidad a las reuniones públicas, que en el pasado han tenido lugar durante la jornada de trabajo y sin traducción al español.
Nuevo México ya está cerca de cumplir con el Plan de Energía Limpia, porque los grupos de conservación ganaron un pleito para forzar el cierre de dos de las cuatro unidades en la Central de San Juan, una central eléctrica a carbón.
Ramírez también quisiera que la compañía eléctrica PNM dejara de comprar energía nuclear.
«La energía nuclear, incluida la extracción de uranio de lugares como el noroeste y el oeste de Nuevo México, es peligrosa para el medio ambiente y la gente de esas comunidades, y no toma en cuenta los productos una vez que se utilizan para la producción de energía».
Public News Service
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