por Ann Schimke
Elsa Holguín se considera a sí misma una especie de puente – alguien que puede cruzar las divisiones y conectar a las comunidades.
Es algo que ha hecho desde que aterrizó en un proyecto de vivienda en Denver a la edad de 17 años después de inmigrar a los EE.UU. desde México con su familia en 1979. Aun cuando fue testigo de la pobreza y las penurias en el lugar donde vivía, su carrera como defensora y filántropa la introdujo en un segmento de la sociedad muy diferente – y más rico.
Holguín, que comienza su nuevo trabajo como presidenta y directora ejecutiva del Programa Preescolar de Denver el 15 de julio, se siente cómoda en ambos entornos.
«He vivido esto toda mi vida», dijo. «Vivo en dos mundos, vivo en dos idiomas, vivo en dos comunidades.»
Holguín viene al Programa Preescolar de Denver después de más de dos décadas trabajando en la Fundación Comunitaria Rose, con sede en Denver. También es co-presidenta de la Comisión de Liderazgo de la Primera Infancia de Colorado y forma parte de las juntas directivas de varias organizaciones, incluyendo Early Milestones Colorado y Together We Count Colorado, una organización que promueve un conteo exacto del censo de 2020.
Holguín reemplazará a Jennifer Landrum, quien se fue en enero después de dirigir el Programa Preescolar de Denver durante años.
¿Cuál es la realidad para los padres? ¿Qué va a funcionar o no? Y si tenemos que pensar algo fuera de la caja, eso es exactamente lo que tenemos que hacer”.
Elsa Holguín, DPP
El Programa Preescolar de Denver, que es financiado por un impuesto de ventas aprobado por los votantes, proporciona asistencia para la matrícula a los niños de 4 años de edad inscritos en el programa preescolar de Denver. Los mayores subsidios se destinan a las familias más pobres inscritas en los mejores centros preescolares, pero todas las familias tienen derecho a alguna ayuda.
Holguín dijo que planea usar sus habilidades para construir puentes para hacer que lo que ella dice que ya es un programa muy exitoso sea aún más fuerte. Una de sus metas es aumentar la participación de las familias de Denver que usan los subsidios. En este momento, cerca del 60% de las familias elegibles lo hacen.
Esta entrevista ha sido editada para mayor extensión y claridad.
¿Cómo fue tu experiencia preescolar?
Crecí en México, en el estado de Chihuahua, en un pequeño pueblo. Asistí tanto al preescolar como al kindergarten. Yo estaba en ese grupo experimental en México porque la mayoría de mi familia en México son maestros y por lo tanto han estado involucrados en el desarrollo del preescolar. Lo hacían mucho conmigo: «Veamos cómo va a funcionar esto. Enviémosla».
Cuéntame más sobre tus experiencias educativas.
Una de mis mentoras y modelos a seguir era mi tía mayor. Su nombre era Francisca y comenzó la primera escuela privada no religiosa en todo el país cuando tenía 19 años. Era una mujer increíble.
En el verano, ella tomaba clases de recuperación y a cambio de clases de recuperación, como lo hicieron varios de mis hermanos, yo venía a ayudarla. Todavía tengo recuerdos de estar en sexto grado y de ser la asistente en su clase de kindergarten.
Crecí en un ambiente educativo. Mi primo era superintendente. Mis otros parientes han sido directores y maestros. Tuve mucha suerte. Éramos extremadamente pobres, pero yo tenía acceso a oportunidades educativas. Estaba en cálculo avanzado. Estaba en clases avanzadas. Mi tía] empujó y nunca aceptó un no por respuesta porque sabía que esto iba a cambiar mi vida.
¿Cómo fue venir a los Estados Unidos después de la escuela secundaria?
Cuando llegué a los EE.UU. tenía 17 años. No hablaba inglés… así que me matriculé en North High School[en Denver] y volví a la escuela secundaria durante un año.
Fue un reto, pero yo estaba aquí con mi mamá, mi papá y mis otros hermanos, así que eso fue de mucha ayuda. A los seis meses de nuestra llegada, mi padre perdió su trabajo. Se negó a solicitar cupones de alimentos o cosas de ese tipo… así que me llevó una enorme cantidad de tiempo convencerlo de que teníamos que mudarnos a los proyectos de vivienda [en el norte de Denver] o íbamos a quedarnos sin hogar. Tomé el papel de navegante por mi familia.
Fue una experiencia reveladora vivir en los proyectos de vivienda y estar en el país más rico del mundo. Llegué a ver la pobreza multigeneracional, llegué a ver la depresión y a ver cómo la gente se atascaba. También vi a gente que se rindió porque era demasiado.
¿Cómo empezaste tu carrera?
Mientras estaba en los proyectos de vivienda, empecé a trabajar en el sector sin fines de lucro. Empecé con una pasantía. En ese momento, estaba obteniendo un título en finanzas. Ese trabajo me llevó finalmente a la Women’s Foundation [de Colorado].
Llegué a vivir en esta otra realidad de que conozco a estas personas muy ricas y luego conozco a estas personas en los proyectos de vivienda. Fue una gran manera de entender que había un papel para mí, que había algo que podía hacer para conectar estos mundos. Pensé: «Sé cómo hacer esto».
Yo siento lo mismo por la filantropía. Vivo en este mundo, pero puedo hablar con la gente de los proyectos de vivienda. Puedo hablar con la gente de la comunidad. Son mis parientes. Puedo ir y decir: «¿Qué está pasando y por qué no está funcionando?»
¿Cuáles son sus principales prioridades para su primer año en el trabajo?
Voy a pasar seis meses aprendiendo realmente mis hechos, entendiendo los datos. Asegurémonos de que entendemos quién se ha quedado atrás y quién no está accediendo al programa. Este es un programa universal, así que vamos a examinar todas las comunidades.
La segunda cosa es que ahora tenemos la oportunidad de empezar a mirar a los niños de 3 años y podemos empezar incluso antes. Wow! Ese será un lugar increíble para empezar.
Algunas familias elegibles no están aprovechando la ayuda financiera ofrecida por el Programa Preescolar de Denver. ¿Cómo piensa abordar esta cuestión?
Esto sucede con el Programa Preescolar de Colorado. Sucede con Head Start. Esto sucede con cada uno de los programas que están llegando a los padres. Creo que tenemos la oportunidad de profundizar más. ¿Cuál es la realidad para los padres? ¿Qué va a funcionar o no? Y si tenemos que pensar algo fuera de la caja, eso es exactamente lo que tenemos que hacer.
¿Cuál considera usted que es el mayor desafío en la primera infancia en este momento?
Mi preocupación es que todavía tenemos que centrarnos en la creación de una mejor fuerza laboral para la primera infancia. ¿Cómo creamos la oportunidad de compensarlos de manera apropiada? Estoy un poco preocupado por la implementación de la jornada completa (kindergarten) de que vamos a perder a muchos de nuestros maestros de preescolar a puestos mejor pagados. Por lo tanto, vamos a tener que hacer mucho trabajo para conseguir la mano de obra que necesitamos.
Para más información sobre el Programa Preescolar de Denver: https://dpp.org, info@dpp.org o llame al 303-595-4377.
Ann Schimke Reportera Senior y Editora Comunitaria, Chalkbeat Colorado. Esta historia fue publicada originalmente por Chalkbeat, una organización de noticias sin fines de lucro que cubre la educación pública.
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