Chasity Salvador
Desde el inicio de la pandemia mundial que comenzó a florecer en marzo de 2020, el COVID-19 se ha convertido en la tercera causa de muerte entre los estadounidenses, sólo por detrás de las enfermedades cardíacas y el cáncer. Pero quizás lo más sorprendente es cómo se siguen pasando por alto las crecientes y continuas disparidades de salud que viven las comunidades indígenas, incluso ahora, a dos años de esta nueva realidad.
Las comunidades indígenas de todo Nuevo México han realizado un enorme trabajo para prevenir la amplia propagación del COVID-19, y han protegido a los más vulnerables de nuestras comunidades. En los primeros meses de la pandemia, se recogieron datos sobre cuántas personas de cada Pueblo contrajeron el COVID-19, cuántas se recuperaron y cuántas murieron a causa del virus.
Sin embargo, hasta la fecha no se han recogido muchos datos que nos ayuden a comprender cuántos miembros de la comunidad sufren los síntomas persistentes y las complicaciones de salud semanas, meses e incluso años después de una infección aguda por COVID-19. Esto es lo que se conoce como COVID de larga duración.
El COVID de larga duración es una condición médica causada por contraer el virus y no recuperarse nunca por completo, o por recuperarse por completo y luego experimentar síntomas inesperados semanas o meses después. Las personas con COVID de larga duración informaron de que, en su mayoría, sentían una fatiga continua y debilitante, dificultades respiratorias, niebla cerebral, problemas digestivos, acúfenos, dolor en el pecho, palpitaciones y frecuencias cardíacas aceleradas no relacionadas con la ansiedad semanas después de su infección inicial.
Las investigaciones indican ahora que la fase aguda del COVID no es la única forma en que la enfermedad afecta a nuestra salud. El COVID de larga duración es otra crisis sanitaria que afecta a los miembros de nuestras comunidades indígenas. Y como comunidades indígenas, tenemos que seguir mitigando la propagación del coronavirus, y proporcionar atención a los que están luchando contra el COVID de larga duración o las complicaciones de salud posteriores del COVID.
Como comunidades indígenas, tenemos que seguir mitigando la propagación del coronavirus, y proporcionar atención a aquellos que están luchando contra el COVID de larga duración o las complicaciones de salud de COVID.
Como comunidades indígenas, tenemos que entender cómo las personas con COVID de larga duración, enfermedades crónicas y discapacidades se ven afectadas masivamente por esta pandemia mundial, y seguir proporcionando apoyo, atención y protección a los más vulnerables -inmunocomprometidos, discapacitados, ancianos, mujeres y niños de nuestras comunidades indígenas- y a todos los miembros de la comunidad. Y el COVID de larga duración nos está enseñando que puede afectar incluso a los más sanos, ya que se encuentra predominantemente en mujeres de 20 a 40 años.
Seguir previniendo la propagación en toda la comunidad debe seguir siendo una de nuestras prioridades como comunidades indígenas.
Como comunidades Pueblo e Indígenas, tenemos que seguir estando al día sobre las realidades y los datos del COVID, y seguir haciendo todo lo posible para prevenir la propagación y la enfermedad como nuestro compromiso para poner fin a la violencia contra nuestras comunidades, y en particular, nuestras mujeres nativas.
El COVID prolongado ha devastado a las personas que luchan por acceder a la atención sanitaria y recibir un diagnóstico, especialmente porque estos pacientes no pueden trabajar durante meses e incluso años. Algunos pacientes han estado en cama y en casa durante meses. Los síntomas persistentes no sólo afectan a la salud de nuestras comunidades, sino también a nuestro sistema sanitario. Tenemos que aprender a seguir cuidando de los demás en esta pandemia mundial.
Para más información sobre el COVID largo: Body Politic, Long Covid SOS, Long Covid Physio, Post Covid Conditions – Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades en las redes sociales. Acércate a tu equipo de salud local para hablar sobre el COVID largo, y conéctate con otras personas que puedan estar experimentando síntomas y complicaciones de salud similares después de la infección.
Chasity Salvador es socia comunitaria de la Coalición para Detener la Violencia contra las Mujeres Nativas, superviviente y defensora de Long COVID, poeta indígena, escritora, agricultora tradicional, guardadora de semillas y doula comunitaria del Pueblo de Acoma. Trabaja para revitalizar el conocimiento de las plantas medicinales y ayudar a quienes siguen sufriendo los efectos persistentes del COVID-19 en su Pueblo. Este artículo ha sido publicado por Source New Mexico bajo una licencia de Creative Commons.
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