Sulma Arias
Los manifestantes se han echado a la calle tras la decisión del Tribunal Supremo de acabar con la libertad reproductiva. Como madre de tres hijos, comparto esta angustia y rabia. Temo por nuestras vidas en un país que nos quita tan fácilmente un derecho fundamental.
Pero no debería sorprendernos: este tribunal de extrema derecha lleva años astillando la propia democracia. Y como el juez Clarence Thomas ha dejado claro, los recién envalentonados conservadores del tribunal quieren quitarte más derechos, incluyendo tu derecho a la planificación familiar y el derecho a casarte con la persona que amas.
Esto no es más que un golpe de estado constitucional para imponer puntos de vista extremos y minoritarios en nuestra nación. Pero todavía tengo esperanza. Podemos recuperar nuestros derechos si nos mantenemos disciplinados y centrados en nuestra defensa de la democracia.
Dirijo People’s Action, una coalición nacional de grupos de base con una visión de una democracia multirracial con espacio y oportunidades para todos.
Creo que la clave ahora no es responder a una crisis tras otra. Cuando hacemos eso, seguimos el libro de jugadas de la gente que nos está quitando nuestros derechos. En su lugar, necesitamos una campaña a largo plazo para defender y ampliar nuestra democracia, y con ella, todos nuestros derechos fundamentales.
Cuando pienso en estrategias ganadoras, me acuerdo del difunto congresista John Lewis. Tenía 20 años cuando lideró las sentadas para acabar con la segregación racial, 21 cuando dirigió los Viajes por la Libertad a través del Sur segregado, y 25 cuando marchó de Selma a Montgomery para exigir el derecho al voto. En cada ocasión, arriesgó su vida.
Pero incluso a su corta edad, Lewis estaba totalmente preparado. Se subió a los hombros de gigantes como Thurgood Marshall, cuya labor jurídica abrió las puertas al movimiento de los derechos civiles, y el reverendo Martin Luther King, Jr., con quien Lewis se unió a la Casa Blanca para la firma de la Ley del Derecho al Voto en agosto de 1965, sólo seis meses después de que fuera brutalmente agredido por la policía en Selma.
También pienso en Gail Cincotta, la ardiente ama de casa de Chicago que cofundó National People’s Action con el organizador Shel Trapp en 1972.
Gail lideró y ganó la lucha por la Ley de Reinversión en la Comunidad de 1977, que obligó a los bancos a dejar de negarse a conceder préstamos en las comunidades negras, marrones y blancas de bajos ingresos. Gail dirigió cientos de protestas, pero ella y Trapp también pasaron muchas horas formando a organizadores que luego fundaron grupos de base en todo el país y exigieron que la CRA cumpliera sus promesas.
Por eso, en mi organización estamos redoblando los esfuerzos para formar a una nueva generación -tanto en las zonas rurales como en las urbanas- para defender la democracia.
A través de nuestro proyecto Organizing Revival, estamos formando a miles de personas en los fundamentos de la organización de los que fueron pioneros Cincotta y Trapp, así como en nuevos enfoques como el sondeo profundo para que los organizadores aprendan a escuchar y a conocer a la gente donde está. Nuestro sondeo profundo jugó un papel decisivo en el cambio de los corazones y las mentes durante las elecciones de 2020 y puede hacerlo de nuevo.
Todas las luchas sufren reveses, porque los poderosos nunca se rinden fácilmente. Pero si nos mantenemos anclados en el amor y disciplinados en nuestra organización, podemos crear la esperanza de que, juntos, podemos construir una democracia que respete los derechos y la dignidad de todas las personas.
No nos equivoquemos: Esta es una guerra que no terminará pronto. Pero si estamos preparados, ganaremos.
Cuando los grandes bancos trataron de destripar la CRA, Gail ayudó a crear una coalición nacional más amplia para defenderla. Antes de fallecer en 2020, el congresista Lewis presentó la Ley de Libertad de Voto para restaurar los derechos democráticos que el Tribunal Supremo había erosionado. Y los demócratas en el Congreso ahora planean presentar proyectos de ley para restaurar la libertad reproductiva y defender proactivamente otros derechos.
Debemos aprobar esta legislación rápidamente. Para protegerla, necesitaremos un ejército de Gail Cincottas y John Lewises. Porque no se equivoquen: Esta es una guerra, y no terminará pronto. Pero si estamos preparados, ganaremos.
Sulma Arias es directora ejecutiva de People’s Action, la mayor red de grupos de base del país, con más de un millón de miembros en 30 estados. Este artículo de opinión fue distribuido por OtherWords.org.
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