Frank Sharry
Aunque una vertiginosa gama de políticas de línea dura proclamadas y propuestas por esta administración pueden ser confusas, seamos claros sobre el significado de la orden que ha dado el Secretario de Justicia, William Barr, en la semana pasada, otorgando a ICE nueva autoridad legal para mantener a los solicitantes de asilo detenidos por tiempo indefinido. Con esta nueva postura sobre la detención de solicitantes de asilo, el gobierno de Trump se prepara para pasar al siguiente nivel de separación de familias y prepara también el escenario para establecer campos de confinamiento donde alojar a hombres, mujeres y niños.
La intención parece ser detener adultos durante el tiempo que sea necesario antes de ser deportados, en tanto da a los padres la opción de permanecer detenidos indefinidamente con sus hijos o sin ellos. Estamos a punto de pasar de lo cruel, caótico y cínico a lo sombrío, desesperado y moralmente nefasto.
Los padres que desesperadamente intentan mantener a sus hijos a salvo no se detendrán porque Bill Barr agite un pedazo de papel. Las familias que escapan de las garras de las pandillas, la violencia y los feminicidios no se detendrán porque Estados Unidos haya querido aniquilar el significado de la Estatua de la Libertad.
Estas acciones no resolverán el problema, pero crearán más caos, confusión y condena. Este gobierno no entiende la complejidad de este desafío; por lo tanto, no ha logrado establecer una estrategia múltiple para lidiar con esta, de tal modo que seguirá fracasando con su enfoque miope, disuasorio y concentrado en la frontera.
La gente que huye para salvar su vida no se detendrá tan solo porque Trump hable duro. Los padres que desesperadamente intentan mantener a sus hijos a salvo no se detendrán porque Bill Barr agite un pedazo de papel. Las familias que escapan de las garras de las pandillas, la violencia y los feminicidios no se detendrán porque Estados Unidos haya querido aniquilar el significado de la Estatua de la Libertad. A menos que el gobierno tome en cuenta las realidades de una emergencia regional como la de los refugiados en toda su dimensión —desde las comunidades de origen de las naciones más poderosas del planeta a las de recepción y tránsito; desde las necesidades humanitarias, legales y de aplicación de la ley en la frontera al papel que juegan las comunidades locales alrededor de Estados Unidos a fin de asegurarse de que haya seguimiento en audiencias de asilo que impliquen situaciones de vida o muerte— la fracasada estrategia unidimensional de Trump de intensificar la crueldad continuará exacerbando el caos en lugar de producir resultados.
Hay una mejor manera de lidiar con esta emergencia de asilo. Hay un enfoque de múltiples niveles disponible ahora mismo que es más efectivo, más humano y más estadounidense. Incluye una estrategia que equilibra e integra la necesidad de proteger a refugiados y a los más vulnerables, a la vez que aporta más orden y control a la situación. Requiere que Estados Unidos —la nación que ganó dos guerras mundiales, puso al hombre en la luna y derrotó al comunismo—establecer una respuesta inteligente, realista y legítima. No hay un remedio mágico. No hay un elemento que lo solucione de una vez por todas. No ocurrirá de la noche a la mañana. Pero si nos unimos para afrontar la complejidad de esta emergencia en toda su dinámica, nuestro país puede enfrentar ese desafío, idear una estrategia viable y humana, y lidiar con el incremento de las familias que huyen de la violencia y buscan refugio.
Frank Sharry es el Director Ejecutivo de América’s Voice.
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