• April 28th, 2024
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¿Puede Mejorar la Salud si Ganamos un Dólar Más?


Un aumento del salario mínimo para Jonathan Kenworthy no significa darse el lujo de comprar boletos para ir a conciertos, o salir corriendo de repente a tomar unas vacaciones. Como trabajador que entrega pizzas a domicilio en Grand Junction, Kenworthy, con 33 años de edad, aprecia el aumento de $0.99 por hora en Colorado por otras razones mucho más prosaicas.

“Al final del día, todo regresar para pagar las facturas”, Kenworthy dijo, “En mi situación económica actual, estoy viviendo casi de cheque a cheque. Básicamente, es más fácil que antes pagar por las necesidades en mi vida”.

Sin embargo, la perspectiva sobre salarios cambia en la ladera oeste, cuando el que habla es el empleador.

Michelle Gillilan, dueña junto con su esposo de D&M Meats en Fruita, dijo que el aumento que empezó a aplicar el 1o de enero, y tres más que le seguirán hasta concluir en 2020, ha forzado que su empresa empacadora recorte el horario de sus empleados capacitados, aumente sus precios y pague facturas más altas a sus proveedores, quienes también están aumentando sus precios debido a la expansión de sus costos laborales.

Cuando muchos residentes de Colorado votan, Gillilan dijo, “no se dan cuentan de los costos reales. No entienden realmente” lo que tiene que ver con las empresas pequeñas, los empleados y los conceptos económicos básicos.

Las dos perspectivas sobre los resultados iniciales de la Enmienda 70 de Colorado—aprobada con el apoyo del 55 por ciento durante la votación estatal del pasado mes de noviembre—abarcan los problemas de equidad y empleo que han definido el debate del salario mínimo por décadas. Ahora, los economistas e investigadores académicos estarán observando cuidadosamente para encontrar evidencias estadísticas que respalden la perspectiva de la mayoría: que aumentar los salarios ayudará a los trabajadores a salir de la pobreza y mejorará la economía en general, aun cuando aumenten los costos para algunos empleadores y suban los precios de servicios y productos para el consumidor.

Estudios pioneros están demostrando que salarios bajos en el pasado crearon inequidades en las tasas de obesidad y salud mental entre los trabajadores que recibían salarios mínimos.

“Siempre hemos pensado que este es un primer paso”, dijo Michelle Webster, gerenta de análisis de políticas y presupuestos para el Centro de Colorado sobre Leyes y Pobreza (CCLP, por sus siglas en inglés), un beneficiario de The Colorado Trust. CCLP formó parte de una coalición de grupos progresistas que apoyaron la Enmienda 70 durante la campaña del año pasado.

Una serie de estadísticas que estarán observando los investigadores conecta la salud física directamente con los salarios. Estudios pioneros están demostrando que salarios bajos en el pasado crearon inequidades en las tasas de obesidad y salud mental entre los trabajadores que recibían salarios mínimos, escribe J. Paul Leigh, PhD, un profesor de economía de la salud para la Universidad de California, Davis. La erosión gradual en el poder adquisitivo del salario mínimo en décadas pasadas de estagnación pueden explicar hasta el 10 por ciento del aumento en la masa corporal promedio en Estados Unidos desde 1970, según un documento que Leigh citó para el Instituto de Políticas Económicas. Aunque los investigadores quieren indagar aún más, una teoría a explorar es si esas personas que trabajan por un salario mínimo compran más alimentos altos en calorías y poco nutritivos porque son los más asequibles económicamente.

Leigh también citó un estudio británico que demostró mejoras en la salud mental de trabajadores que recibieron un aumento en su salario en 1999, en comparación con grupos de control cuyos salarios se mantuvieron iguales.

La última campaña sobre el salario mínimo en Colorado ocurrió durante un momento en el que los niveles de empleo en el estado están más altos que nunca, pero los trabajadores que reciben salarios más bajos y aquellos que promueven la justicia social piensan que la compensación está relativamente estancada. En 2016, el salario mínimo en Colorado se ajustó y fijó con base en la inflación en $8.31, por encima del salario mínimo federal de $7.25. Sin embargo, solo está programado para aumentar incrementalmente en un futuro cercano con la inflación mayormente controlada.

Grupos progresistas, citando un estudio sobre la productividad, argumentan que el salario mínimo debería haber llegado a $21.72 en 2012 si los aumentos hubieran mantenido el mismo ritmo que las mismas contribuciones más eficientes de los trabajadores a la economía. Tablas del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca (durante la presidencia de Obama, en 2014) muestran que el poder adquisitivo del salario mínimo ajustado por la inflación llegó a un máximo en 1968 y es un tercio más bajo ahora.

La victoria en noviembre de 2016 de la Enmienda 70 aumentó el salario mínimo en Colorado a $9.30 el 1º de enero. Los aumentos pendientes en la enmienda cambiarán el salario base a $10.20 en 2018; $11.10 en 2019; y, $12 en 2020. Después de eso, se ajustará el mínimo nuevamente hacia arriba a la par con la inflación, pero, a diferencia de la ley anterior, no se ajustará hacia abajo, aunque disminuya el Índice de Precios del Consumidor.

El salario mínimo de los trabajos que reciben propinas, como en los restaurantes, aumentó de $5.29 a $6.28 y también continuará aumentando cada año.

Algunos empleadores que apoyan salarios más altos también están batallando integrar los salarios mínimos nuevos sin perjudicar a sus empleados. Heather Griffith es dueña de Young People’s Learning Center, el centro de cuidados infantiles más antiguo en el Condado de Larimer, ofreciendo servicios a 150 familias durante el año escolar y 250 durante el verano.

Griffith dijo que a todos sus empleados les paga por encima del salario mínimo, pero que cuando el mínimo aumenta, tienen que competir más duro con una gama más amplia de tiendas y restaurantes de comida rápida que también contratan personas para puestos elementales. El salario de sus empleados constituirá el 48 por ciento de sus costos este año; se había comprometido a aumentar los salarios un 5 por ciento durante los próximos tres años, pero también les dijo a los padres que tendría que aumentar las colegiaturas en un 5 por ciento.

Griffith ha organizado juntas de administradores de centros que ofrecen cuidados infantiles en el norte de Colorado para hablar sobre los costos y otros desafíos, y dijo: “Creo que muchos están de acuerdo con que este [aumento al salario mínimo] debía haber ocurrido hace tiempo. Creo que también existe una gran preocupación sobre si los padres van a poder pagar por los cuidados o tendrán que encontrar aquellos que operan sin licencia”.

En algunas partes de Colorado—incluyendo Denver, Boulder y algunas comunidades montañosas—la vivienda y otros servicios cuestan tanto que hasta el salario mínimo pendiente de $12 no es suficiente para vivir en esas áreas, Webster dijo. Sin embargo, en 1999 la legislatura bloqueó la habilidad de las comunidades locales de establecer un salario mínimo más alto que el del estado.

La coalición trabajará en la legislatura para establecer esa provisión a favor del control local, probablemente en 2018, Webster añadió.

“Todavía queda mucho por hacer a favor de los trabajadores que reciben salarios bajos”, concluyó.

Michael Booth es un Escritor en Denver, Colorado. Reproducido con permiso de The Colorado Trust (www.coloradotrust.org).