Por Hannah Grover
No es ningún secreto que los pozos de algunas zonas de Nuevo México se están secando y que las comunidades que dependen de las aguas superficiales de los rÃos han visto cómo esas vÃas fluviales se reducÃan a un mero goteo.
Ahora, los dirigentes del estado están recurriendo a las vastas reservas de agua salobre y agua producida -un subproducto de la producción de petróleo y gas- con la esperanza de que el árido estado pueda seguir creciendo y prosperando incluso cuando el cambio climático marque el comienzo de una era de aridificación.
La Gobernadora Michelle Luján Grisham anunció el 5 de diciembre la creación de una reserva estratégica de agua que se constituirá mediante la compra de agua salobre limpia o agua producida.
Esta agua no se utilizará como fuente de agua potable, pero podrá emplearse en otros sectores y reducir la demanda de agua dulce. Ello permitirá utilizar más agua dulce para apoyar a las comunidades, incluso como agua potable.
El anuncio del gobernador se produjo al inicio de una mesa redonda sobre asociaciones con empresas durante la COP 28 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en Dubai.
«Habrán oÃdo que Nuevo México, justo en el suroeste del oeste de Estados Unidos, tiene problemas con el agua», dijo Luján Grisham al anunciar la reserva estratégica de agua. «Y francamente muchos paÃses y localidades tienen el mismo reto».
Afirmó que el cambio climático está dificultando la recarga de los acuÃferos sometidos a estrés y dijo que se prevé que Nuevo México experimente una reducción del 25 por ciento del agua disponible. Al mismo tiempo, Luján Grisham dijo que el estado desea crecer de manera responsable.
La construcción de esta reserva estratégica de agua ofrece oportunidades para las empresas. Luján Grisham dijo que el estado invertirá 500 millones de dólares para comprar esta agua limpia y aseguró que será de tecnologÃa neutra.
Durante una conferencia de prensa, Luján Grisham dijo que este financiamiento vendrá a través de bonos de impuestos de corte y que pedirá a la legislatura que financie $250 millones para el proyecto en esta próxima sesión de 30 dÃas y los $250 millones restantes en la sesión de 60 dÃas en 2025.
«Queremos asegurarnos inequÃvocamente de que estamos identificando algunos de los residuos de la industria de los combustibles fósiles y algunos de los activos de agua salobre que tenemos y, básicamente, convertirlos en una mercancÃa para que estemos protegiendo el agua dulce para los nuevomexicanos para las generaciones venideras», dijo Luján Grisham.
Señaló ámbitos como el hidrógeno y la fabricación de chips como sectores que podrÃan utilizar el agua producida o salobre depurada.
En sus declaraciones en Dubai, Luján Grisham dijo que en un estado con poca agua de sobra, el crecimiento económico continuado requerirá una reserva estratégica de agua. Al mismo tiempo, dijo que las polÃticas y normativas gubernamentales pueden «crear o enfriar cualquier tipo de innovación».
El anuncio se produce tras años de esfuerzos para sentar las bases de una iniciativa de este tipo. En 2019, Lujan Grisham firmó la Ley de Agua Producida que allanó el camino para utilizar las aguas residuales del petróleo y el gas con diversos fines. El agua producida a menudo se inyecta en el suelo, lo que puede provocar terremotos. El uso de agua producida fuera de los yacimientos petrolÃferos ha sido controvertido, ya que muchos grupos ecologistas afirman que podrÃa poner en peligro las reservas de agua dulce y las comunidades.
El Departamento de Medio Ambiente de Nuevo México (NMED) también está trabajando actualmente en las normas de reutilización del agua. El Secretario James Kenney dijo que el perÃodo de comentarios sobre un proyecto de norma se cerró a finales de noviembre y NMED está ahora solicitando a la Comisión de Control de Calidad del Agua para promulgar normas.
Kenney dijo que Nuevo México tendrá «un enfoque tanto de zanahoria como de palo» para el agua salobre y producida que permitirá al estado «continuar moviendo la aguja económica mientras preservamos nuestras reservas de agua dulce».
Las empresas que participen en la iniciativa tendrán que someterse a un riguroso proceso de tramitación de permisos medioambientales, explicó Luján Grisham. Dijo que eso garantizará que el agua esté lo suficientemente limpia para ser utilizada con seguridad y que «no estamos creando ningún otro problema simplemente diciendo ‘mira, aquà tienes dinero’ al sector privado».
Aunque las normas necesarias no están todas en vigor hoy, Kenney dijo que lo estarán en 2024.
Además, destacó que el estado ha trabajado con el Consorcio de Agua Producida de Nuevo México, que tiene su sede en la Universidad Estatal de Nuevo México. NMED y NMSU entraron en un memorando de entendimiento en 2019 que creó el consorcio.
Lujan Grisham enfatizó la importancia de la asociación con NMSU. Dijo que el uso de instituciones académicas independientes permite al estado asegurarse de que está «superando en todo lo posible cualesquiera que deban ser los estándares.» Además, dijo que incluir la investigación cientÃfica proporciona a los nuevomexicanos seguridad en las decisiones que toma el gobierno.
Hannah Grover es Reportera de Medio Ambiente de New Mexico Political Report. Este artÃculo fue publicado originalmente por New Mexico Political Report.