Diana DeGette
Como principal demócrata de la subcomisión de Energía y Clima de la Cámara de Representantes, me niego a quedarme de brazos cruzados y a permitir que mis colegas republicanos deshagan los avances que hemos logrado para combatir la crisis climática y acabar con la adicción de nuestro país al petróleo.
En una audiencia tras otra este año, mis colegas republicanos han intentado sacar adelante docenas de proyectos de ley que no harán nada para asegurar nuestro futuro de energía limpia. En lugar de invertir en tecnologías limpias que ayuden a reducir nuestras emisiones y a que Estados Unidos sea verdaderamente independiente desde el punto de vista energético, mis colegas republicanos siguen presentando un proyecto de ley tras otro que nos haría más dependientes de los combustibles fósiles y del volátil mercado mundial de la energía.
La única forma de hacer avanzar a este país es extender el uso de las nuevas tecnologías energéticas por todo el país. Y, como he dicho muchas veces a mis colegas de la comisión, ahora no es el momento de hacer política partidista. Tenemos que unirnos para ayudar a reducir inmediatamente los costes energéticos para las familias de todo el país; tenemos que hacer más para proteger a nuestras comunidades de primera línea de las amenazas medioambientales a las que se enfrentan; y tenemos que asegurarnos de que Estados Unidos lidera, una vez más, la lucha para combatir la crisis climática mundial.
Mientras seguimos luchando para proteger nuestro planeta, también me centro en proteger el derecho de las mujeres a acceder a la atención sanitaria que necesitan.
Cualquier día de estos, esperamos que un juez de Texas dicte una sentencia que podría dificultar el acceso de las mujeres a la mifepristona, un medicamento que está disponible y aprobado por la FDA desde hace más de 20 años y que se considera la norma de oro para el aborto farmacológico, que representa más de la mitad de todos los abortos en Estados Unidos.
La mifepristona tiene un largo historial de seguridad y eficacia y, para muchas mujeres de todo el país, tener acceso a este medicamento es fundamental.
Como copresidente del Grupo Pro Derecho a Decidir de la Cámara de Representantes, estoy trabajando estrechamente con mis colegas del Congreso y la administración para asegurarme de que estamos preparados para tomar todas las medidas que podamos para responder a esta decisión una vez que se produzca.
Somos muchos en el Congreso los que creemos profundamente que todas las mujeres de este país deben tener la libertad de tomar sus propias decisiones sanitarias, incluida la de abortar. Es un derecho que las mujeres de este país han tenido durante casi cincuenta años, y es un derecho que estamos decididos a restaurar lo antes posible.
Diana DeGette sirve al pueblo del Primer Distrito Congresional de Colorado.
