• April 27th, 2024
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¿Et Tu, Hickenlooper? 


Junta Asesora de The Weekly Issue/El Semanario

 

El drama histórico de William Shakespeare Julio César retrata las maquinaciones políticas entre el emperador romano Julio César y Marco Bruto, que finge amistad y lealtad a César. Sin embargo, ante el temor de que César siga ascendiendo, Bruto se convierte en el prototipo de traidor y conspira para matar a César, con varios cómplices. Finalmente, los cómplices se vuelven contra César y comienzan a apuñalarlo. Al ver que Bruto, su presunto amigo, se une y clava su cuchillo, César proclama: «¿Et tu, Bruto? Entonces cae, César». Éste muere, y el destino de Bruto queda igualmente sellado, incluyendo el ser etiquetado perpetuamente como un traidor.

¿Et tu, Hickenlooper? Hoy, muy lejos en el tiempo y en el espacio de aquella Roma, debemos hacer esa pregunta en Colorado a nuestro senador junior, John Hickenlooper. Sabíamos quiénes eran nuestros enemigos; creíamos saber quiénes eran nuestros amigos. Sin embargo, el recientemente elegido senador Hickenlooper tomó el camino más fácil en su reciente voto sobre los fondos de ayuda económica para la pandemia de Covid-19. Como informó The Denver Post, el senador Hickenlooper votó a favor de una enmienda republicana al paquete de ayuda económica del presidente Biden (5 de febrero de 2021). En el paquete más grande, Biden propone un pago de socorro de 1.400 dólares por persona, con parámetros. La enmienda, presentada por los senadores republicanos Cotton, de Arkansas, y Young, de Indiana, prohíbe que los inmigrantes indocumentados reciban los pagos de alivio del estímulo. Esto es esencialmente un punto discutible porque los inmigrantes indocumentados no pueden recibir números de la Seguridad Social, el mecanismo por el que se distribuyen estos pagos de ayuda. Aparentemente, el senador Hickenlooper votó a favor de una enmienda republicana sobre un tema que la propuesta del presidente Biden ni siquiera había propuesto.

Esta enmienda, lo más negativa posible hacia los inmigrantes indocumentados que trabajan, tiene un corolario aún más profundo e insidioso. Politico publicó un artículo de análisis sobre esta cuestión titulado «Democrats split as progressives rage over immigration vote» (8 de febrero de 2021). Dice: «Ocho demócratas del Senado [incluyendo a Hickenlooper] apoyaron una enmienda al presupuesto del Senado durante el maratón de votaciones (vote-a-rama) de la semana pasada que prohibiría a los inmigrantes indocumentados recibir cheques…. A algunos demócratas y activistas les preocupa que la enmienda pueda impedir que los hijos y los cónyuges [ciudadanos estadounidenses] de los inmigrantes indocumentados reciban cheques, lo que ha llevado a 42 demócratas a oponerse a la iniciativa», pero no a Hickenlooper.  Además, «el líder de la mayoría del Senado, Dick Durbin (demócrata de Illinois)… teme que la aprobación de esa enmienda en el proyecto de ley final podría impedir que los cheques lleguen a los cónyuges o hijos de los inmigrantes indocumentados que actualmente están en la cola para recibirlos» si son ciudadanos de EE.UU. o tienen derecho a recibir esos fondos.

¿Et tu, Hickenlooper? Hoy, muy lejos en el tiempo y en el espacio de aquella Roma, debemos hacer esa pregunta en Colorado a nuestro senador junior, John Hickenlooper. Sabíamos quiénes eran nuestros enemigos; creíamos saber quiénes eran nuestros amigos.

Nosotros, junta asesora de The Weekly Issue/El Semanario apoyamos al entonces ex gobernador John Hickenlooper en su campaña de 2020 para desbancar al ex senador Cory Gardner. Nos alegramos cuando Hickenlooper derrotó a Gardner, y no nos arrepentimos de nuestro apoyo. En la edición del 10 de septiembre de 2020, hicimos una campaña decidida contra Gardner por su incapacidad de oponerse al asalto de Trump contra nuestros niños cuando él y su administración separaron a estos pequeños niños de sus padres y los arrojaron a jaulas en la frontera. Afirmamos en ese artículo: «La administración del presidente Trump, con el senador Cory Gardner a cuestas, se dedicó a esa separación y encarcelamiento de niños como algo natural, un castigo tal vez propio de delincuentes violentos convictos endurecidos, pero no de niños pequeños inocentes, incapaces de cometer ningún delito según el sistema legal de Estados Unidos.»

En un siguiente artículo en The Weekly Issue/El Semanario, del 8 de octubre de 2020, nos opusimos vehementemente a Gardner por su aprobación tácita del esfuerzo de Trump para anular DACA/Acción Diferida para los Llegados en la Infancia. La «acción diferida» protegía a los beneficiarios de DACA de la deportación perentoria; la «llegada de la infancia» se refiere a su edad promedio de seis (6) años cuando fueron traídos a los Estados Unidos.

Cuando era gobernador, John Hickenlooper, mediante una acción ejecutiva, trató de proteger a los niños inmigrantes para que no fueran encerrados en jaulas (véase la «Orden Ejecutiva B 2018 008» del 18 de junio de 2018, que prohíbe «utilizar los recursos del Estado para separar a los niños de sus padres o tutores legales por el único motivo de su estatus migratorio»). Además, tras su aprobación en la Legislatura del Estado, Hickenlooper firmó el proyecto de ley ASSET de 2013 que proporciona la matrícula estatal para DACA y otros estudiantes DREAMER.

Pero, ¿y ahora qué pasa con el senador Hickenlooper? Como decía el artículo de Politico, «los republicanos están ansiosos por abrir una brecha entre los demócratas al escogerlos para que apoyen sus propuestas. El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), señaló el lunes con cierta satisfacción que «por encima de las objeciones de algunos demócratas, el Senado dijo que los inmigrantes ilegales no deberían recibir cheques de estímulo». Lo mejor que se puede decir del senador Hickenlooper es que fue «escogido» por los republicanos y se unió a los conspiradores, con un Et tu, Brute? contra los inmigrantes, incluyendo potencialmente a sus hijos y cónyuges ciudadanos estadounidenses.

Uno de los argumentos que esgrimen los republicanos en contra de que los inmigrantes reciban esos fondos de estímulo es que «no pagan impuestos», como sostiene el mantra republicano, y esto lo dice el partido cuyo presidente, Donald Trump, un reputado multimillonario, pagó en un año fiscal reciente 750 dólares en impuestos federales sobre la renta. De hecho, los inmigrantes, incluidos los indocumentados, pagan numerosos impuestos, a través de una variedad de formas. Cada vez que en Colorado compran algo en una tienda (excepto, quizás, los alimentos primarios) pagan impuestos sobre las ventas. Cada vez que compran gasolina, pagan impuestos. Si compran una casa, pagan impuestos sobre la propiedad, y si alquilan, el dinero del alquiler paga los impuestos sobre la propiedad del propietario.

Y en muchos casos, pagan impuestos sobre la nómina, incluso a través de un número ITIN (Individual Taxpayer Identification Number) con el que pueden «presentar legalmente declaraciones de impuestos y reclamar los ingresos declarados en sus W-2 al IRS».  Aquellos con visas de trabajo y estatus H1-B, los beneficiarios de DACA y los beneficiarios del Estatus de Protección Temporal también pueden ser elegibles para presentar formularios de impuestos.  (Véase el documento del Bipartisan Policy Center «¿Cómo pagan los inmigrantes indocumentados los impuestos federales? An Explainer«, documento del 28 de marzo de 2018). Sin embargo, como dice este artículo, «los inmigrantes indocumentados también ayudan a que el sistema de la Seguridad Social sea más solvente, ya que pagan al sistema pero no tienen derecho a cobrar las prestaciones al jubilarse. En 2010, se recaudaron 12.000 millones de dólares más de los impuestos sobre la nómina de la Seguridad Social de los trabajadores indocumentados que los que se pagaron en prestaciones.»

¿Y ahora qué, senador Hickenlooper? Nos damos cuenta de que ha entrado en el Senado en un momento de extrema agitación, con la derrota de Trump brotando los efectos nocivos de los mandamientos de Jim Crow como una serpiente con cabeza de hidra del mito griego: si se corta una cabeza, crecen dos más en su lugar. Con la salida de Trump del escenario de la izquierda, surgió la representante de EE.UU. Marjorie Taylor Greene de Georgia, silbando teorías de conspiración, negando la veracidad de la violencia demasiado horrible para relatarla aquí en la impresión, e indicando que le «gustaba» un comentario de Facebook que llamaba a la violencia contra el Presidente de la Cámara. Su secuaz, el diputado californiano Kevin McCarthy, también salió con ella, liderando a los 199 republicanos de la Cámara que votaron para no despojar a Greene de sus asignaciones en las comisiones, que incluían la de Educación. Afortunadamente, los demócratas y 11 republicanos votaron a favor de destituirla, como así ocurrió.

Aunque esto se desarrolló en la Cámara, y no en el Senado, donde reside Hickenlooper, el monstruo con cabeza de hidra se extiende al Senado. Debemos esperar a ver cómo responde el ahora senador Hickenlooper, para luchar contra el dragón, no contra sus amigos.

 

Miembros de la Junta Asesora de The Weekly Issue/El Semanario: Ramón Del Castillo, Ph.D.; Ray Ayón, Detective de la Policía de Denver retirado; Steve Del Castillo, Ph.D.; y Luis Torres, Ph.D. Traducción por Juan Carlos Uribe-The Weekly Issue/El Semanario.

 

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