por Anya Petrone Slepyan
Cuando Vivian Montaño estaba en la cárcel, su día favorito de la semana era el martes. Ese era el día en que ella, junto con un pequeño grupo de otras mujeres, sería transportada casi 90 millas al Olive Tree Creative Arts and Community Center para un día de programación de salud mental.
El Olive Tree «me mantuvo en marcha», dijo Montaño. Las sesiones semanales de terapia, que incluían terapia de reconocimiento moral y terapia artística, ayudaron a Montaño a afrontar el resto de la semana en la cárcel y a prepararse para su futuro. Se refiere al personal del centro como sus «ángeles de la guarda».
«Me alegro mucho de que estuvieran aquí porque no sé dónde estaría sin ellos», dijo Montaño.
La programación a la que asistió Montaño es parte del programa RISE (Reach Intervene Support Engage) de Nuevo México, que se lanzó en 2019 para abordar la escasez de servicios de salud conductual en las cárceles del condado y centros de detención en todo Nuevo México. Además de los servicios terapéuticos dentro de las instalaciones carcelarias, los condados participantes también deben proporcionar servicios intensivos de gestión de casos y reingreso a la comunidad.
Desde 2019, el programa ha atendido a más de 2,490 participantes, según la División de Servicios de Salud Conductual de Nuevo México (BHSD). La agencia supervisa $ 4 millones en subvenciones RISE otorgadas a 14 condados en todo el estado.
Debido a que 10 de los 14 condados participantes son rurales, los administradores estatales han hecho hincapié en la importancia de evitar soluciones únicas para todos, dijo Anita Mesa, que supervisa el programa.
«La innovación de este programa es permitir que cada condado adapte el programa de manera que funcione para su comunidad», dijo Mesa.
RISE en el condado de Sierra
Este enfoque es fundamental para los clientes como Montaño, que vive en el condado de Sierra, un condado rural en el suroeste de Nuevo México, donde los recursos de salud mental son escasos.
Los residentes del condado de Sierra se han visto desproporcionadamente afectados por la epidemia de opiáceos y otras drogas, con tasas de sobredosis muy por encima de las medias estatales y nacionales. Y como «sexto condado más pobre del segundo estado más pobre, Sierra tiene pocas fuentes de financiación para combatir su problema de abuso de sustancias», según la Oficina de Asistencia Judicial, una oficina federal que proporciona subvenciones y asistencia política a los sistemas de justicia estatales, locales y tribales.
El encarcelamiento se ha disparado durante la epidemia de drogas. Entre 2005 y 2015, la población carcelaria del condado de Sierra aumentó un 342%, el mayor incremento de todos los condados de Nuevo México, según el Instituto Vera.
Pero ante tan nefastas estadísticas, el programa RISE del condado de Sierra, puesto en marcha por el Centro Comunitario y de Artes Creativas Olive Tree, ha superado el reto.
Lisa Daniel es la directora ejecutiva del Olive Tree. Dice que satisfacer las necesidades básicas de los clientes es el primer paso para garantizar su éxito en el programa. La alimentación, la documentación estatal y la vivienda son prioridades del programa.
A menudo, cuando sus clientes salen de la cárcel, «no tienen adónde ir», dijo Daniel al Daily Yonder. «Y no podemos trabajar en problemas de salud conductual o abuso de sustancias si los clientes se preocupan por lo que van a comer y dónde van a dormir».
En 2020, el Olive Tree comenzó un programa de vivienda de transición, que es la «joya de la corona» de los servicios del Condado de Sierra, según Mesa. El centro alquila un motel, donde los clientes pueden quedarse mientras solicitan una vivienda pública o privada y participan en la programación diaria en el centro comunitario.
De las 30 personas que han participado en el programa de vivienda de transición y salud conductual de 90 días, ninguna ha vuelto a la cárcel, dijo Daniel.
El programa RISE del condado de Sierra también ofrece otras formas de apoyo, como la gestión intensiva de casos.
Katharine Elverum es gestora de casos y enlace con los tribunales en el Olive Tree. Hace un seguimiento del caso de cada cliente, aboga por él ante el tribunal y se asegura de que pueda cumplir las condiciones de su puesta en libertad. Esto es fundamental porque no comparecer ante el tribunal -independientemente de la falta de transporte u otros problemas ajenos a la voluntad del cliente- suele dar lugar a una nueva detención.
Elverum también ayuda a los clientes a inscribirse en los servicios estatales, como Medicaid y asistencia alimentaria, y a obtener servicios médicos y psiquiátricos.
Se ha demostrado que este tipo de apoyo integral reduce la reincidencia, es decir, el número de personas encarceladas que vuelven a prisión o a la cárcel. En 2019, cuando comenzó el programa RISE, el condado de Sierra tenía una tasa de reincidencia superior al 90%. Ahora, Daniel estima una tasa en todo el condado de alrededor del 75%. Entre los participantes del programa RISE, la tasa de reincidencia estimada cae al 30%, dijo Daniel.
El programa RISE ha facilitado una reducción similar de las tasas de reincidencia en todos los condados participantes. Por ejemplo, en 2023 el condado rural de Roosevelt registró una reducción de la reincidencia del 60% entre los hombres que participaron en el programa RISE y una reducción del 70% entre las mujeres participantes.
Según Virginia Lee, gestora de subvenciones del condado de Sierra, la clave para reducir la reincidencia es una programación y un apoyo sostenidos.
Ofrecer programas durante la detención fue un comienzo importante, pero una vez que las personas eran puestas en libertad, gran parte de su progreso se quedaba en la puerta, dijo Lee al Daily Yonder. «No había seguimiento ni medicación. Les iba bien en los programas, pero sin servicios envolventes, volvían a donde estaban».
Un modelo rural
El Olivo también implementa varios otros programas y subvenciones, incluyendo el Programa Integral de Opioides, Estimulantes y Abuso de Sustancias (COSSAP), Desviación Asistida por la Aplicación de la Ley (LEAD) y Zona de Intervención de Salud Mental (BHIZ). El centro también apoya al Equipo de Respuesta a las Crisis del Condado de Sierra.
Además, el centro ofrece tutoría GED y clases de habilidades para la vida, control de la ira, terapia artística y terapia cognitivo-conductual a los miembros de la comunidad en general.
El olivo no se concibió como una ventanilla única para la salud conductual en el condado de Sierra. Pero a medida que las necesidades del condado se hicieron evidentes, la misión evolucionó. «El concepto original era que seríamos un centro, y un recurso para dirigir el tráfico», dijo Elverum. «Pues bien, acabamos absorbiendo gran parte del tráfico».
Esto se debe en parte a que el condado de Sierra cuenta con pocos recursos o profesionales. El condado no tiene ni un refugio para personas sin hogar ni un centro de crisis/desintoxicación. Aunque hay un puñado de terapeutas, no hay psicólogos o psiquiatras en ejercicio en el condado de Sierra, según el personal de Olive Tree.
El transporte es uno de los retos clave para Olive Tree y sus clientes, que a menudo deben viajar a Las Cruces (76 millas) o incluso Albuquerque (148 millas) para los servicios. Y debido a que el condado de Sierra no tiene cárcel, los clientes encarcelados de Olive Tree deben conducir casi 90 millas desde el centro de detención en el vecino condado de Luna para participar en la programación del centro.
El Olive Tree se encuentra en Truth or Consequences, la sede del condado de Sierra, que abarca más de 4.000 millas cuadradas. Uno de los empleados del centro tiene su base a 20 millas de distancia, en Arrey, una comunidad no incorporada de varios cientos de habitantes. Daniel también espera contratar a un trabajador sanitario comunitario móvil, que ayudará aún más a suplir las carencias de las comunidades pequeñas y remotas del condado.
Todo esto se suma a un modelo original e innovador para los servicios rurales de salud mental, aunque Daniel y el resto del personal de Olive Tree no son de los que presumen de sí mismos.
«Nos convertimos en un modelo sólo porque no teníamos otros recursos, y tuvimos que averiguar cómo hacer que funcionara», dijo Daniel.
Y lo han conseguido, al menos según Montaño. «Este programa realmente ha ayudado a mucha gente que está pasando por todo tipo de cosas. Y doy gracias a Dios [por el personal] porque me salvaron la vida».
Anya Petrone Slepyan es corresponsal multimedia del Daily Yonder. Este artículo fue publicada originalmente por Daily Yonder.
Traducido por Juan Carlos Uribe, The Weekly Issue/El Semanario.
