Los miembros de la Organización de Colorado para la Oportunidad de las Latinas y los Derechos Reproductivos (COLOR) comparten y amplían sus historias sobre la importancia de la atención médica y la licencia familiar remunerada en Colorado que incluiría a todos los miembros de nuestras comunidades:
Nadie debería verse obligado a elegir entre un ingreso y el cuidado de un ser querido, y esto hace que la necesidad de un programa familiar y de licencia médica sea mucho más urgente.
La Historia de Ashly Villa Ortega
Tenía siete años cuando vi la enorme cicatriz que recientemente se había marcado en la piel de mi abuelo. Este crecimiento excesivo de piel permanece en la mano derecha de mi abuelo hasta el día de hoy. Así fue como descubrí que mi abuelo tiene cáncer de piel, próstata y riñón. Después de este descubrimiento, hubo muchos cambios nuevos y difíciles no solo en la vida de mi abuelo, sino también para las personas más cercanas a él.
Dado que mi abuelo necesita apoyo para entender su estado, el porque y los próximos pasos en sus tratamientos, y como solo habla español, mi madre asumió la responsabilidad de acompañarlo a todas sus citas para traducir. Cada vez que salían para ir al hospital, me paseaba de un lado a otro en la habitación de mi abuelo, mientras esperaba que regresaran, para poder preguntar qué le dijeron los médicos y por sus nuevos tratamientos. Finalmente, ya no tuve que preguntar qué sucedió en las citas con el médico, porque fui yo quien lo acompañó para traducirle, ya que mi madre no siempre podía tomar tiempo libre de su trabajo para ir con mi abuelo.
Aunque me alegro de haber podido ayudar a mi familia de esta manera a mi temprana edad, estoy frustrada por las desigualdades en nuestro sistema de salud actual que me han obligado a hacer esto. Sin acceso a la licencia familiar y médica pagada que necesitaba, mi madre, durante muchos años, se ha visto obligada a elegir entre perder un ingreso que la ayuda a mantener a su familia y asegurarse de que su padre pueda comprender y recibir los servicios que él necesita superar su batalla contra el cáncer.
Aunque mi madre podía recurrir a mi o a otras personas cuando no podía asistir a las citas de mi abuelo, sé que no todas las personas que se encuentran en una situación similar a la nuestra tienen a alguien en quien pueden contar para recibir apoyo. Nadie debería verse obligado a elegir entre un ingreso y el cuidado de un ser querido, y esto hace que la necesidad de un programa familiar y de licencia médica sea mucho más urgente.
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El permiso familiar remunerado es un derecho humano que debe otorgarse a cada persona, sin importar su trabajo o salario, y sin importar su relación con la persona a la que se está cuidando.
La Historia de Mykaela
Mi madre tenía poco más de 30 años cuando le diagnosticaron artritis reumatoide, una afección crónica de por vida en la que su sistema inmunitario ataca por error sus articulaciones. Lentamente, sus dedos comenzaron a hincharse y doblarse, sus codos palpitaban a tal grado que no podía ni lavarse el pelo. Al igual que muchas personas que viven con dolor crónico, apenas hablaba de eso. Como madre soltera de dos hijos, no había tiempo ni espacio para ello.
Resumiendo, veinte años después mi madre se sometió a una cirugía de codo, innumerables inyecciones y una variedad de tratamientos, incluyendo uno con agujas que se guardaban en el refrigerador y que se tenía que insertar en el estómago. Con solo 50 años, el hueso de su rodilla izquierda se estaba muriendo, a tal punto que ya no podía caminar. Estos fueron los efectos del uso prolongado de esteroides, medicamentos que le recetaron para hacerle frente al dolor.
El 30 de enero, los médicos le hicieron tres agujeros en la rodilla y la llenaron con la médula ósea que le extrajeron de la cadera, con la esperanza de revivir el hueso nuevamente. No se le permitió tener ningún peso sobre su rodilla izquierda durante dos meses, una pesadilla que solo las personas discapacitadas pueden comprender. Como único familiar de mi madre, tuve que cuidarla.
Tengo el privilegio de trabajar en una organización de Justicia Reproductiva que es liderada por latinas y que sirve a las mismas, dicha organización entiende la dinámica de trabajar mientras cuida a la familia. Usé días de salud pagados para llevarla de ida y vuelta a su cirugía y citas postoperatorias. Pude ir al súper los viernes por la mañana para comprarle y llevarle la comida, y trabajar desde casa. Cocine, limpie y la ayudé a bañarse. Luego fui a casa y cocine, limpie y me bañé. Cuando estaba cansado, llegué tarde a la oficina y me fui temprano. Esto sucedió a menudo, y todavía recibí un cheque de pago completo.
El permiso familiar remunerado es un derecho humano que debe otorgarse a cada persona, sin importar su trabajo o salario, y sin importar su relación con la persona a la que se está cuidando. Si no tuviera la compasión de mi empleador, hubiera tenido que elegir entre cuidar a mi madre o conservar el trabajo que me ofrece alimentos, vivienda y seguro médico. No puedo ni imaginar estar en la situación de tener decidir lo que habría perdido al elegir el cuidado de mi madre.
Mi madre y yo nos sentimos increíblemente agraciadas. Afortunadamente, si la cirugía es exitosa, podrá volver a caminar pronto y recuperar su independencia. Me siento feliz que ambas mantuvimos nuestros trabajos y seguro de salud durante los meses de recuperación y en los que todavía estamos. Que fortuna es que nos tengamos la una a la otra.
Creo que todas las personas, en particular las más vulnerables (inmigrantes, discapacitados, LGBTQI +, personas mayores y las que no hablan inglés) deberían poder recibir la atención que merecen de quienes más los aman. Es hora de un programa de licencia familiar remunerado que sea público, accesible y para todos.
La Organización de Colorado para la Oportunidad de las Latinas y los Derechos Reporductivos (COLOR) representa y aboga por todas las comunidades Latinxs que viven en Colorado.
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