• April 28th, 2024
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80216: El Código Postal Más Contaminado de la Nación


Foto: Matt Nager for Earthjustice El abogado de Earthjustice, Joel Minor, habla con Drew Dutcher, un residente del vecindario de Denver, conocido como el código postal más contaminado de los Estados Unidos.

by Jessica A. Knoblauch

 

«Lo que da miedo es no saber lo qué respiras», dice Drew Dutcher, residente del vecindario considerado en 2016 como el más contaminado de Estados Unidos, al norte de Denver.

Dutcher toma asiento en una mesa de picnic y describe cómo es vivir rodeado de industrias contaminadas y malolientes, mientras se percibe un cóctel de olores fétidos en el aire: estiércol terroso cargado en vagones con ganado, un tenue olor a marihuana que crece en los almacenes locales y el abrumador hedor del diésel, señal de la cercana autopista I-70.

Como Dutcher, los residentes del código postal 80216 han tenido que soportar estas desagradables y a menudo dañinas pestes durante años, ocasionándoles algunas de las tasas más altas de asma, cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad en todo Colorado. Uno de los principales culpables del hedor más tóxico es la refinería de Suncor, un gigantesco complejo que procesa aceites crudos, incluyendo arenas bituminosas de Canadá.

«No nos vamos a ir. Cada vez que no nos quieran escuchar será otra oportunidad para seguir uniéndonos acá abajo. Esto solo fortalece nuestra resolución».
Ean Tafoya

A pesar de su nombre “ambientalista”, Suncor es sido una empresa altamente contaminante y en los últimos diez años su contaminación ha aumentado, en parte por el esfuerzo para procesar volúmenes más grandes y tipos más sucios de crudo.

Hartos ​​de vivir en el centro de la contaminación industrial de Denver, muchos residentes como Dutcher están construyendo resistencias. Hace poco, miembros de la comunidad representados por Earthjustice solicitaron a la EPA que no permitiera que los reguladores estatales del estado de Colorado aprueben la solicitud para modificar el permiso existente de Suncor, donde espera no tener que transparentar sus emisiones de cianuro de hidrógeno. Este químico es un gas incoloro y un subproducto del refinado del petróleo, y también es un agente para guerras químicas. Su exposición puede causar efectos como dolor en el pecho, dificultades para respirar, daño en el desarrollo de los niños e incluso daño cerebral y cardíaco, tanto a corto como a largo plazo.

Gracias a una ley nacional de refinerías litigada por Earthjustice y publicada en 2015, Suncor y otras refinerías deben entregar una prueba única de sus emisiones de cianuro de hidrógeno. Ese año la prueba rebeló que durante un tiempo la refinería había estado emitiendo niveles peligrosos de cianuro de hidrógeno.

Pero en lugar de limitar sus emisiones, la compañía solicitó al estado que le otorgara la libertad para seguir emitiendo todo el cianuro de hidrógeno que quisiera sin la obligación de comunicarle a los residentes las cantidades emitidas y sin asegurarse que la contaminación producida no dañe la salud humana.

La petición de Suncor para hacer caso omiso a la ley es una señal lamentable de cómo se comportan los negocios en Estados Unidos. En varias ocasiones, la compañía habrá violado sus permisos de contaminación ambiental, liberando cada año cientos de toneladas de químicos causantes de smog. También se observa un mal funcionamiento y frecuentes accidentes, a veces arrojando columnas llenas de sustancias químicas de humo naranja hacia las nubes. Las emisiones de la única refinería de petróleo en Colorado, entonces, contribuyen a la mala calidad del aire en Denver, donde los reguladores federales lo han catalogado como inseguro para respirar desde 2008. Frecuentemente, los residentes cercanos a la planta deben encontrar un refugio donde se encuentren y poner atención a los olores, el humo y los picos de contaminación peligrosa.

Debido a amenazas de salud y seguridad como estas, un grupo de 13 grupos comunitarios, ambientalistas y científicos representados por Earthjustice demandaron a la EPA en 2017 para acelerar la Ley de Desastres Químicos, diseñada para fortalecer los requisitos de seguridad en las refinerías de petróleo, como Suncor. La nueva ley tardó años en estar lista, pero fue demorada por la administración de Trump hasta 2019 a petición de las Industria petrolera y química.

Ahora, residentes y comerciantes han empezado a expresar su opinión al respecto. En agosto del 2017, más de 100 personas llenaron la sala de una audiencia pública sobre la solicitud de Suncor de modificar su permiso para que pudiera emitir contaminación y evadir los principios de acceso a la información sobre sus emisiones de cianuro de hidrógeno. Muchos de ellos provenían de los vecindarios cercanos de Commerce City y Denver, Globeville y Elyria-Swansea, habitados principalmente por una comunidad latina y de bajos ingresos. A pesar de las llamadas de la mayoría de los oradores para limitar la contaminación de Suncor, el estado aprobó la modificación propuesta por la compañía exactamente al nivel que solicitó Suncor, esto es, no a un nivel que proteja la salud de la comunidad.

Pero nadie se da por vencido. Además de presentar la petición para las emisiones de cianuro de hidrógeno, los vecinos se están uniendo para combatir otras fuentes locales de contaminación, incluida la expansión de una de las tantas autopistas que cruzan el Norte de Denver, una planta de energía y varios sitios Superfund.

«No nos vamos a ir», dice Ean Tafoya, miembro de la junta del Colorado Latino Forum, quien dice estar  trabajando con la población más afectada. «Cada vez que no nos quieran escuchar será otra oportunidad para seguir uniéndonos acá abajo. Esto solo fortalece nuestra resolución».

 

Jessica A. Knoblauch es redactora principal de Earthjustice.